Los temibles rayos

Las recientes tragedias y muertes causadas por los rayos nos recuerdan lo vulnerables que somos frente a fenómenos de la naturaleza, como éste.

Sin embargo, muchas veces se desconoce lo que hay detrás de estas descargas eléctricas, cuya rama de estudio dentro de la meteorología se denomina ceraunología.


Los rayos son producidos por pulsos electromagnéticos, es decir emisiones de alta energía en un corto período de tiempo que van acompañados de una gran emisión de luz cuando la corriente generada interactúa con las moléculas del aire y produce iones (átomos o moléculas cargadas eléctricamente), generando el relámpago.

A veces los relámpagos se asocian a las descargas eléctricas producidas en las nubes pero que no llegan al suelo.

Durante una tormenta se forman iones positivos en la parte alta y negativos en la parte baja de las nubes. La tierra se carga de iones negativos. La diferencia de potencial, como la de un circuito eléctrico pero de millones de voltios, genera las descargas eléctricas.

En un instante un rayo puede generar una potencia comparable a la de una explosión nuclear, de mil millones de vatios, y alcanzar velocidades de 200.000 km/h. Su temperatura puede ser de 30 mil grados centígrados (unas cinco veces más caliente que la superficie del Sol). En promedio un rayo mide un par de kilómetros, aunque se han medido longitudes de 200 kilómetros.

Los rayos son el origen de los relámpagos, y de los truenos. Este último es el sonido que escuchamos momentos después de observar el destello de luz y que se genera cuando la corriente eléctrica que pasa a través de la atmósfera calienta y expande rápidamente el aire. El sonido viaja más lento que la luz, a tan solo 300 m/s; por eso primero vemos la luz y posteriormente escuchamos el trueno.

Los rayos se encuentran en estado plasmático. El conocido como cuarto estado de la materia no debería ser algo tan exótico para nosotros, ya que es el estado más abundante en la naturaleza y un 99 por ciento de la materia visible del Universo se encuentra en forma de plasma.

Aunque a diario en el mundo se producen unas 40 mil tormentas que generan alrededor de 8 millones de rayos, se estima que la probabilidad de ser alcanzado por uno de ellos es de una en 2 millones, menor que la de ganarse la lotería nacional. Aun así, hay casos increíbles como el de Roy Sullivan, el llamado pararrayos humano, que a lo largo de su vida sobrevivió al impacto de siete rayos.

Tomado de: www.eltiempo.com

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