Rayo mató a madre, hijo y mascota en Angochagua
Poco después de retornar de su colegio, a media hora de distancia de su casa en la parroquia rural Angochagua, en Imbabura, David Ch., de 15 años, se cambia de ropa, deja el uniforme, almuerza, hace sus tareas y se pone botas y vestimenta para iniciar el ordeño y otras labores en el campo junto con su madre, Colimba Ch., de 48, y su mascota Rufo, un perrito mestizo.
Una fuerte lluvia con rayos y truenos caía durante esa jornada, la tarde del pasado martes, en Angochagua, ubicada al sureste de Ibarra. Bajo un árbol y junto a una cerca eléctrica decidieron esperar a que escampara, pero uno de los rayos los alcanzó y les causó la muerte.
Aurora Cachipuendo, una vecina de El Rosario, el barrio donde residían, encontró los cuerpos en uno de los potreros de la hacienda Zuleta y avisó a los familiares y a la Policía.
César Ch., esposo y padre de las víctimas, es quien narra la actividad de su hijo, quien estudiaba en el colegio Rumipamba, de la localidad de igual nombre.
“A eso de las tres y media de la tarde salieron de la casa con Rufo. A las cuatro llovía fortísimo y caían muchos rayos. Han de haber estado escampando del aguacero bajo el árbol, cayó el rayo y los mató”, expresa.
“Yo buscaba un carro para que me llevara, porque vivimos a una media hora de la hacienda, pensaba que ella estaba herida y cuando llegué vi a mi hijo muerto… A los pies estaba Rufo y a unos cinco metros mi mujer, sobre el cable de una cerca eléctrica, a punto de caer a una acequia. Esto es muy difícil, me quedo solito con mi hijita de 11 años”, lamenta en medio del llanto.
Conforme pasaban las horas, esperaba junto a los cuerpos la llegada de personal de Criminalística de la Policía, y comuneros criticaron por el atraso de estos.
René Recalde, habitante de Angochagua, detalla que habían transcurrido cuatro horas después de la caída de los rayos y las víctimas aún permanecían en ese sitio. “Tuvimos un torrencial aguacero que nunca antes habíamos visto y los forenses no llegaban”, indica.
El equipo policial llegó aproximadamente a las 21:00 y cuando intentó realizar el levantamiento de los cuerpos, familiares de las víctimas y comuneros trataron de impedir que los trasladara a la morgue de Ibarra. Luego de diálogos, las pericias forenses se realizaron y minutos antes de las 22:00 los fallecidos fueron llevados a Ibarra, a 50 minutos de Angochagua.
Mientras, la tarde del pasado sábado, en la Liga Parroquial de Píntag, en Pichincha, otro rayo mató a una persona y dejó herida a otras dos cuando jugaban fútbol mientras caía una leve lluvia.
El hombre, de 22 años de edad, murió en la cancha. Diario Expreso reportó que un familiar de la víctima informó a la Policía que el joven era integrante del equipo El Nacional que ese día se enfrentaba al elenco El Juvenil.
La caída del rayo asustó a los asistentes en las gradas, quienes observaron que los tres jugadores cayeron y fueron auxiliados por compañeros y luego por paramédicos.
El rotativo agregó que los socorristas atendieron a los dos jugadores heridos, quienes fueron trasladados a un hospital en Rumiñahui, mientras que el otro ya no tenía signos vitales.
Tomado de: www.eluniverso.com
Una fuerte lluvia con rayos y truenos caía durante esa jornada, la tarde del pasado martes, en Angochagua, ubicada al sureste de Ibarra. Bajo un árbol y junto a una cerca eléctrica decidieron esperar a que escampara, pero uno de los rayos los alcanzó y les causó la muerte.
Aurora Cachipuendo, una vecina de El Rosario, el barrio donde residían, encontró los cuerpos en uno de los potreros de la hacienda Zuleta y avisó a los familiares y a la Policía.
César Ch., esposo y padre de las víctimas, es quien narra la actividad de su hijo, quien estudiaba en el colegio Rumipamba, de la localidad de igual nombre.
“A eso de las tres y media de la tarde salieron de la casa con Rufo. A las cuatro llovía fortísimo y caían muchos rayos. Han de haber estado escampando del aguacero bajo el árbol, cayó el rayo y los mató”, expresa.
“Yo buscaba un carro para que me llevara, porque vivimos a una media hora de la hacienda, pensaba que ella estaba herida y cuando llegué vi a mi hijo muerto… A los pies estaba Rufo y a unos cinco metros mi mujer, sobre el cable de una cerca eléctrica, a punto de caer a una acequia. Esto es muy difícil, me quedo solito con mi hijita de 11 años”, lamenta en medio del llanto.
Conforme pasaban las horas, esperaba junto a los cuerpos la llegada de personal de Criminalística de la Policía, y comuneros criticaron por el atraso de estos.
René Recalde, habitante de Angochagua, detalla que habían transcurrido cuatro horas después de la caída de los rayos y las víctimas aún permanecían en ese sitio. “Tuvimos un torrencial aguacero que nunca antes habíamos visto y los forenses no llegaban”, indica.
El equipo policial llegó aproximadamente a las 21:00 y cuando intentó realizar el levantamiento de los cuerpos, familiares de las víctimas y comuneros trataron de impedir que los trasladara a la morgue de Ibarra. Luego de diálogos, las pericias forenses se realizaron y minutos antes de las 22:00 los fallecidos fueron llevados a Ibarra, a 50 minutos de Angochagua.
Mientras, la tarde del pasado sábado, en la Liga Parroquial de Píntag, en Pichincha, otro rayo mató a una persona y dejó herida a otras dos cuando jugaban fútbol mientras caía una leve lluvia.
El hombre, de 22 años de edad, murió en la cancha. Diario Expreso reportó que un familiar de la víctima informó a la Policía que el joven era integrante del equipo El Nacional que ese día se enfrentaba al elenco El Juvenil.
La caída del rayo asustó a los asistentes en las gradas, quienes observaron que los tres jugadores cayeron y fueron auxiliados por compañeros y luego por paramédicos.
El rotativo agregó que los socorristas atendieron a los dos jugadores heridos, quienes fueron trasladados a un hospital en Rumiñahui, mientras que el otro ya no tenía signos vitales.
Tomado de: www.eluniverso.com
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