¿En qué lugares de la Tierra caen más rayos?
La pregunta del título es válida, sobre todo si usted se la hace mientras camina a campo abierto, justo antes de que se desate una tormenta.
En este caso habría razones para preocuparse, pues mediciones hechas por la Agencia Nacional Espacial Estadounidense (Nasa), entre 1995 y el 2013, confirman que es mucho más probable que estas descargas ocurran en tierra firme (no en los océanos), sobre todo si se ubica en países cercanos a la línea del Ecuador.
Los datos fueron compilados por el detector óptico de oscilación transitoria (OTD, por sus siglas en inglés) y el sensor de imágenes de relámpagos (Lightning Imaging Sensor o LIS), cuyos análisis permitieron, por ejemplo, saber que en el planeta caen, en promedio, 150 rayos al año, por kilómetro cuadrado.
El mapa muestra que el lago de Maracaibo (en Venezuela) es el territorio que mayor cantidad de descargas de este tipo recibe, pues se estima que en esa zona se experimentan alrededor de 300 tormentas eléctricas cada año.
Es más, Catatumbo, ubicado en la cuenca de este lago, tiene el récord de 250 rayos por kilómetro cuadrado y unos 1,6 millones de relámpagos por año.
La República Democrática del Congo (África) no se queda atrás. De hecho, Kifuka (ubicada en la región centro oriental de ese país), recibe cerca de 158 relámpagos por kilómetro cuadrado al año.
Daniel Aranguren, doctor en Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia y quien se dedica a investigar este fenómeno, asegura que “es más probable que se produzcan tormentas eléctricas en tierra que en los océanos, porque la tierra sólida absorbe la luz solar y se calienta más rápido que el agua. Además, las zonas más cercanas al Ecuador cuentan con un alto nivel de radiación solar, lo cual genera que la temperatura sea mayor y los vientos, más fuertes, y por ello se presenta allí mayor cantidad de rayos”.
Aranguren añade que Colombia se encuentra entre las zonas con mayor propensión a los rayos por sus condiciones geográficas, sumado a la alta humedad y su ubicación en la zona tropical, que genera nubes de tormenta muy grandes.
“Regiones como el Magdalena Medio –afirma–, que comprende parte de los departamentos de Cundinamarca, Caldas, Antioquia, Santander y Bolívar, son los lugares del país donde más rayos caen, con una densidad de 50 por kilómetro cuadrado”.
Otras zonas que también presentan alta ocurrencia de rayos son el Valle del Cauca, hacia el sector de Jamundí; una parte de Chocó y el Catatumbo, en Norte de Santander.
Precauciones
Colombia viene desarrollando, desde hace más de 10 años, normas de protección contra rayos. Es de los pocos países de América Latina que cuentan con esta clase de medidas. Adicionalmente, desde el 2014 se viene implementado una norma de prevención con el fin de instaurar sistemas de información adecuados para que las personas sepan qué hacer en medio de una tormenta eléctrica.
Para prevenir desastres, los expertos recomiendan tener precaución en las épocas del año en las que hay mayor actividad de rayos, que en el país son los meses de abril a mayo y de octubre a noviembre. Las personas deberán ser cuidadosas ente la 1 de la tarde y las 7 de la noche, período con mayor actividad eléctrica de este tipo.
Aunque los rayos se asocian con calamidades, lo cierto es que cumplen una función energética que beneficia la vida. “Los rayos están relacionados con la fertilidad de la tierra –explica Aranguren–. Se sabe que son una de las formas que tiene la naturaleza para desarrollar procesos químicos y aumentar el oxígeno en la atmósfera. Además, siguen siendo un fenómeno que no deja de llamar la atención entre los investigadores”.
Tomado de: www.eltiempo.com
En este caso habría razones para preocuparse, pues mediciones hechas por la Agencia Nacional Espacial Estadounidense (Nasa), entre 1995 y el 2013, confirman que es mucho más probable que estas descargas ocurran en tierra firme (no en los océanos), sobre todo si se ubica en países cercanos a la línea del Ecuador.
Los datos fueron compilados por el detector óptico de oscilación transitoria (OTD, por sus siglas en inglés) y el sensor de imágenes de relámpagos (Lightning Imaging Sensor o LIS), cuyos análisis permitieron, por ejemplo, saber que en el planeta caen, en promedio, 150 rayos al año, por kilómetro cuadrado.
El mapa muestra que el lago de Maracaibo (en Venezuela) es el territorio que mayor cantidad de descargas de este tipo recibe, pues se estima que en esa zona se experimentan alrededor de 300 tormentas eléctricas cada año.
Es más, Catatumbo, ubicado en la cuenca de este lago, tiene el récord de 250 rayos por kilómetro cuadrado y unos 1,6 millones de relámpagos por año.
La República Democrática del Congo (África) no se queda atrás. De hecho, Kifuka (ubicada en la región centro oriental de ese país), recibe cerca de 158 relámpagos por kilómetro cuadrado al año.
Daniel Aranguren, doctor en Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia y quien se dedica a investigar este fenómeno, asegura que “es más probable que se produzcan tormentas eléctricas en tierra que en los océanos, porque la tierra sólida absorbe la luz solar y se calienta más rápido que el agua. Además, las zonas más cercanas al Ecuador cuentan con un alto nivel de radiación solar, lo cual genera que la temperatura sea mayor y los vientos, más fuertes, y por ello se presenta allí mayor cantidad de rayos”.
Aranguren añade que Colombia se encuentra entre las zonas con mayor propensión a los rayos por sus condiciones geográficas, sumado a la alta humedad y su ubicación en la zona tropical, que genera nubes de tormenta muy grandes.
“Regiones como el Magdalena Medio –afirma–, que comprende parte de los departamentos de Cundinamarca, Caldas, Antioquia, Santander y Bolívar, son los lugares del país donde más rayos caen, con una densidad de 50 por kilómetro cuadrado”.
Otras zonas que también presentan alta ocurrencia de rayos son el Valle del Cauca, hacia el sector de Jamundí; una parte de Chocó y el Catatumbo, en Norte de Santander.
Precauciones
Colombia viene desarrollando, desde hace más de 10 años, normas de protección contra rayos. Es de los pocos países de América Latina que cuentan con esta clase de medidas. Adicionalmente, desde el 2014 se viene implementado una norma de prevención con el fin de instaurar sistemas de información adecuados para que las personas sepan qué hacer en medio de una tormenta eléctrica.
Para prevenir desastres, los expertos recomiendan tener precaución en las épocas del año en las que hay mayor actividad de rayos, que en el país son los meses de abril a mayo y de octubre a noviembre. Las personas deberán ser cuidadosas ente la 1 de la tarde y las 7 de la noche, período con mayor actividad eléctrica de este tipo.
Aunque los rayos se asocian con calamidades, lo cierto es que cumplen una función energética que beneficia la vida. “Los rayos están relacionados con la fertilidad de la tierra –explica Aranguren–. Se sabe que son una de las formas que tiene la naturaleza para desarrollar procesos químicos y aumentar el oxígeno en la atmósfera. Además, siguen siendo un fenómeno que no deja de llamar la atención entre los investigadores”.
Tomado de: www.eltiempo.com
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