Tanto espacio en el Lago de Maracaibo para caer un rayo y tuvo que alcanzar a un pescador en la cabeza

¿Tenemos una hora establecida para morir?, se preguntaban esta mañana parientes y amigos de Evaín José Finol Petit, un joven pescador a quien la mañana de ayer le cayó un halo de un rayo en la cabeza en plena faena de pesca en el Lago de Maracaibo.


“Tuvo que caerle a él habiendo tanto espacio en ese lago”, dijo entristecido su padre frente a la morgue forense. Explicó que todo ocurrió cerca de las costas de San José de Potreritos, en el municipio La Cañada de Urdaneta. Evaín se encontraba con otros pescadores más, casi veinte.

Eran como las seis dela mañana del lunes. Varios botes se anclaron y lanzaron sus redes. Los pescadores se lanzaron al agua para la faena pero Evaín no quiso porque tenía mucho frío. Se quedó en la lancha junto a un amigo Leonel Bracho.

De repente comenzaron a escuchar el anuncio de una tormenta eléctrica con cortos sonidos de truenos y jamás se imaginaron que un rayo o centellazo acabaría con la tranquila jornada de trabajo. Cuentan que fueron dos rayos que chocaron y una especie de halo de luz alcanzó en el cuello a Finol. Su amigo, quien sólo se quemó uno de sus brazos, vio el impacto y el momento en que le brotaban los ojos saliéndole además humo. La muerte fue inmediata. De esa manera lo llevaron a orillas de una playa en Potreritos, donde residía la víctima. De allí funcionarios del CICPC se encargaron de levantar el cuerpo e iniciar las investigaciones, comenzando con entrevistar a los testigos.

Tomado de: http://noticiaaldia.com

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